Nada
es invisible a nuestra percepción
Ni
el aire que respiro en una vana sensación.
Nada
escapa de mi universo, de mi sentido
De
mi humilde corazón.
El
latido de tu ser
Me
envuelve, me palpita
Me
atrapa y envenena
Me
hace prisionera
De
tu encanto y tu dolor.
Tú,
que pasas y desapareces
Que
me llenas
Y
enloqueces
Que
vienes y vas
Dejando
tu rastro al caminar
Tu
sombra queda conmigo
Riendo
maliciosa
Sucumbiendo
a mis placeres
Que
extrañan tu olor.
Y es tu presencia, mi placer,
la que me hace perder la razón
el sentido, de no volverte a ver.
Y es tu presencia, mi placer,
la que me hace perder la razón
el sentido, de no volverte a ver.
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