jueves, 17 de julio de 2014

El viaje de Ashira. -------------1º Parte-------------

Balzak y Ashira son una joven pareja amantes del rock y la buena vida. Les gusta disfrutar a tope, adoran el riesgo y todo lo que se salga de lo común y cotidiano. Ambos, son grandes fans del grupo Saturne, fueron los primeros en pillarse las entradas para su concierto en Rembland la pasada primavera. Fue una locura de concierto, no pararon de gritar, beber y animar a sus ídolos; que desde lo más alto cantaban y transmitían su música sin descanso. Aquella melodía rockera parecía algo más que música, parecía el sonido de una cultura distinta de un estilo de vida desconocido, era mágico, élfico, ancestral. Esto, acompañado de un ambiente nocturno cargado de energía juvenil, llevó a la joven pareja, eufórica, a hacerse unos tatuajes juntos. La chica había escuchado durante el segundo tema, decir a un muchacho que  Siderek, el famoso tatuador que tanto gusta a los jóvenes, estaba entre los asistentes, y que había montado su local-móvil a la salida de aquel recinto. Balzak no se lo pensó dos veces, cogió a su novia del brazo, escabulléndose entre la multitud, logró llegar de los primeros al lugar donde estaba montado el estudio-movil, con el material para hacerse los tatuajes. Ashira no tenía muy claro que diseño escoger, pero él decidió por los dos, pues nada más verlos sintió una extraña sensación que le impulsó a decidirse por un par de símbolos diferentes. Incluso tenía claro cual seria para él, y que plantilla seria para su chica. El impulso de Balzak no le permitió esperar a Siderek, estaba tan entregado, que él mismo cogió la pistola de agujas y se dispuso a colocarle a Ashira la plantilla, eligió bien los colores y le hizo con cuidado un asombroso símbolo azteca que representa a la luna. Se lo dibujó en el brazo izquierdo. Ella apenas sentía dolor, era extraño, pues este era su primer tatuaje, nunca antes se había hecho uno. Seguía eufórica, y no dejaba de cantar las canciones escuchadas en el concierto, amaba aquel grupo casi tanto como a su novio. El tatuaje quedó bastante bien. Pasaron unos minutos antes de que pudiera colocarle una capa protectora de gel para evitar que se estropeara el dibujo. En ese instante apareció Siderek, acompañado de un joven un tanto extraño. Ni siquiera les llamó la atención por estar allí solos, sin él. No se percató de lo que habían estado haciendo. Simplemente creyó que le esperaban a él para tatuarse.

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